A la moda…

Mate

La anécdota es bien conocida: dos comensales sentados a una mesa adornada con una tarta enorme y suculenta en una habitación aislada. Uno de los comensales es goloso. El otro, prefiere lo salado y se ha puesto hasta las patas de marisco. El ansioso del azúcar se empieza a meter trozos de tarta entre pecho y espalda a dentelladas mientras el partidario de lo sabroso en la tercera acepción de la RAE mira indolente a su compañero pensando: «Es que a mi las tartas, ni fu ni fa». Una vez acabada la comida y vacía la sala, un experto en estadística extraerá la siguiente conclusión: cada uno de los manducantes se habrá comido el cincuenta por ciento del pastel.

Y sí, esto va de moda… pero de la moda de la estadística. Me gustaría hacer uso de la desambiguación,  pero los amigos de Verba volant son ya conscientes de lo bonito que es para este que escribe no ser nunca demasiado claro (lo cual no es sinónimo de ser un señor oscuro). Yo no sé mucho de medias, medianas ni modas. Sé lo que he visto y lo que me han contado. Pero lo que veo no lo entiendo. Por ejemplo, no entiendo la moda de encuestas indiscriminadas y chorras: «¿Te gustaría viajar al espacio?». Pues claro, no te jode… Y si es gratis (que no lo es), mejor. «¿Cuántos idiomas hablas?»¿Cuálo? (sin embargo, la mayor parte de los encuestados -35%- dice saber tres). Veo hoy en El País una sobre tatuajes. El 44% de los que responden (voluntaria y activamente, claro) dice tenerlo. Voy a ir esta mañana privando de camisa o prendas más íntimas a los viandantes para comprobar si aparece el amor de madre, la víbora hortera o las siglas de Fu Manchú en brazos, antebrazos, glúteos o punta del níspero. La curiosidad me abruma (por los resultados, no por la morbidez de las carnes. Que conste).

Otra encuesta rezaba: «¿Se guía de los anuncios a la hora de elegir un artículo?» El resultado, abrumador: el 86% afirma rotundamente que no y -lo más sorprendente para mí- tan sólo un 1% dice no saber y, por ende, no contestar (es gracioso también esto: en las encuestas es posible contestar «no contesta». ¿No sería más fiable calcular el número de personas que entra en la página y contar a los que no han votado?). Si la pregunta hubiese sido «¿Se guían los demás a la hora de elegir sus compras?», el resultado hubiese sería igual… pero a la inversa. Los expertos en publicidad y técnicas de mercado saben bien cómo las marcas están grabadas (y gravadas) en nuestro cerebro a través de la conciencia de marca (brand awareness) y el top-of-mind. Intentad hacer un recuento de marcas que tengan que ver con cosas que hayáis hecho desde que os despertáis hasta que salís de vuestra casa. ¿Seguro que la publicidad nunca ha influido en estas prioridades? ¿Requeteseguro? Ahora que la publicidad -como siempre- está en crisis, quizás seamos seres libres e independientes que elegimos lo que nos viene en gana sin que haya ningún tipo de mediación ni intermediario más o menos interesado.

Javier Capitán dedicaba hace unos días una entrada a un fenómeno curioso:  durante la huelga de 24 horas en Telemadrid, se registró una audiencia media del 0,7%. Una audiencia muy distinta a los días gloriosos de Canal+ emitiendo con señal televisiva codificada las películas porno, cuando un conjunto de guarretes se dedicaba a ver «entre líneas» los movimientos y estiramientos lúbricos de las estrellas sin pagar un duro y con la imaginación tan enaltecida como… la punta del níspero.

Con su habitual gracejo, Hernán Casciari dedicaba otro post sobre las encuestas en el sublime Orsai. ¿Qué pasa con los que nos negamos a contestar a las encuestas, nos comemos la tarta… o la punta del níspero (con perdón para los lectores del blog y, sobre todo, para nuestras laceradas costillas)? Si queréis, vamos al cincuenta por ciento.

(Imagen de .meow.!)

4 comentarios en “A la moda…”

  1. Hola. Me encantan y divierten esas apreciaciones, pero no andes por ahí desnuando a la gente, que te van a llamar por lo menos sádico. Un saludo. Manzacosas

  2. ¡Me ha encantado este post! Te leo más alegre y positivo. Me gusta. Lo de las encuestas,figúrate que a mi nunca nadie me ha preguntado nada… Excepto en Madrid, dos veces unas jóvenes querían saber no sé qué pero era para gente de entre 20 y 30 años, cuando les decía que tenía 40 y pico se quedaban sorprendidas (cosa que me halaga muchísimo, para qué negarlo…) entonces, no valí­a. Pero, a mi las encuestas me repatean. No creo en ellas. Besotes, M.

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