Siniestro

Zurda

Soy siniestro. Y, por lo tanto: avieso, malintencionado, infeliz, funesto, aciago, propenso a la maldad, resabiado en el vicio o las malas costumbres. Los de nuestra especie somos muy escasos (en torno al 12%), con lo cual el mundo puede quedarse estadísticamente tranquilo. Debe ser cosa de mi cerebro, porque nací con ello y la costumbre lo ha ido perfeccionando. Ya decía todo el mundo que algo raro debía de haber en mí, que tanto retorcimiento no era posible. Lo cierto es que, para mí, el mundo es adverso. Nunca me he sentido cómodo recortando los perfiles de mis víctimas, así como tampoco he notado la empuñadura de las armas ajustadas a mis necesidades. Al principio, siempre me cuesta dar la mano y, si lo hago, titubeo. Los primeros años escolares me costaron una fortuna en lapiceros, por culpa de una letra inadaptada al mundo.

Nací, por lo tanto, extraño y me desenvuelvo en la vida con esa extrañeza extrema que es la estupefacción. Las malas lenguas y las creencias no justificadas con el aval de la ciencia quieren restar años a esta retorcida vida, pero la hierba mala nunca muere. Entre los de mi especie, abundan los varones: será cosa de la testosterona. En cualquier caso, el mundo no está hecho para mí ni yo estoy hecho para el mundo. Pero me adapto a lo adverso hasta mimetizarme con lo que me hace incompatible.

(Entrada construida en torno a esto, esto y esto. Y esto.)

2 comentarios en “Siniestro”

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