Uva #2

La primera no viene sola. Queda escoltada por la inocencia mancillada de la boca.

Los sonidos del piano definen los pasos por el mundo como los niños, obstinados en andar jugando y en jugar andando entre las baldosas de colores. Si añadimos un clarinete y una voz pautada por el  jazz, el paso por el mundo se contagia durante unos segundos por la calma. Es evidente que las notas de la partitura marcan los derroteros de la existencia, con bemoles, con sostenidos y con varias claves para resolver irresolubles enigmas. Las mentes son cabezas y las cabezas mentes. Los cuerpos son cuerpos, solamente. Y no hay más que una glándula pineal como posible descriptora de sus interacciones. Es la ley de la vida, de las notas y de la propiedad horizontal, aunque sea algo más alta que ancha.

(Imagen de Seraphina.)

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