El único riesgo es caer dentro de la cordura

 

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No tengas miedo: el único riesgo es caer dentro de la cordura. Y la única manera de recobrar tu cordura es volverte complemente loco: sabes que los dolores del corazón solo los curan los vendavales, las tormentas. El amor dura todo el tiempo que permanecemos aquí, mirándote sin perder detalle. ¿Es lícito sentirse insípido por tener el descaro de amar? No podemos cerrar los ojos ignorando que se puede quedar atrapado entre el miedo de sentir algo dulce. Y prestar atención a todas las cosas que no son importantes.

Recoger todos esas nimiedades para construir una historia. Para dar mil significados a una sola palabra, para atribuir mil sentidos a un detalle liviano. Todo es para ti, para los días en los que el viento y el frío te hace recogerte en tu bufanda para quedar fuera de la vista y del alcance de todo lo demás.

Y hacer las cosas bien. Pintar las cosas con colores diferentes a los de siempre. Y, sin dejar que se sequen, colgar todas y cada una en un muro para que todos las ignoren.  Sabes que soy capaz de apagar todas las estrellas si eso te hace olvidar un segundo de tu abismo. Te transportaré lejos de todo. Estaré allí cuando te caigas. Estaré ahí cuando asciendas y que cambie la línea del horizonte. Devoto, escucho cada palabras que pronuncias, y miro tus labios por un espejo que me transporta a ese lado desconocido, a ese lado que yo no sospechaba y que se encuentra cercano a la verdad. Mientras tanto, seguimos con la locura como única forma de no volvernos cuerdos.

Fuera de nuestro alcance, se llega al horizonte si extiendes los brazos para mirar por debajo la belleza, para descubrir la perfección debajo de las pequeñas imperfecciones. Mirando dentro. Escalando muros y quitando escalas para contemplar todo lo bello sin pensar en las consecuencias. Esta noche, bajo el aura de los sueños, somos seres imperfectos viviendo nuestro instante de equilibrio.

Después de muchos años mirando, he logrado al fin contemplar el mundo. Brillante bajo los días locos, bajo una ciudad que se mueve bajo el dolor de nuestras almas. Encender el mundo bajo todas las formas conocidas. ¿Permanecerás bajo mi esperanza y bajo mi dolor? La lluvia ha dejado su sonido y, ahora, nosotros gritamos entre todos los silencios para no oír más allá de nuestras voces, entre el resplandor de los charcos. A la luz de la luna.

(Imagen de Ron Sombilon.)

  

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