Howard Hawks: cuando todas las rutinas se desbaratan

Monkey Business

Dentro de todas las rutinas cotidianas, suelo tener una que es muy agradable: abro la aplicación de IMDb en mi iPad y me pongo a consultar algún dato de una película o una serie, alguna pequeña anécdota, un apunte biográfico que llama la atención… Nunca falta ver en qué día nacieron algunos de mis directores y actores favoritos.

Hoy acabo de ver que, un 30 de mayo de 1896, nació Howard Hawks. Hawks es uno de mis directores (y guionistas) favoritos. Algunos de sus detractores le reprochan la sencillez de las escenas: la cámara en las películas de Hawks nunca está en un sitio inesperado, jamás en una angulación significativa… lo que quiere decir, en la mayor parte de las ocasiones, que se encuentra en el lugar justo para contar una historia.

La fiera de mi niña, Solo los ángeles tienen alas, Luna nueva, El sargento York, Bola de fuego, Tener y no tener, El sueño eterno, Río Rojo, La novia era él, Me siento rejuvenecer, Los caballeros las prefieren rubias, Río Bravo, ¡Hatari!, Su juego favorito, Río Lobo. Una nómina de obras maestras que asusta, entre la comedia desenfrenada, casi surrealista, el mejor cine negro, el Western.

Howard Hawks era un auténtico maestro en dejar a los hombres, a menudo famosos galanes o tipos duros, en el más espantoso de los ridículos, sujetos a situaciones que no pueden dominar y siempre girando a unas mujeres claramente superiores.  Hawks fue el que nos demostró que la vida nos hace vivir de forma cotidiana en un sitio en el que no deberíamos estar, experimentar unas vivencias de una forma que no nos corresponde. Nos hace sentirnos extraños en los momentos y los lugares que, quizá, fueron nuestros pero ya no nos pertenecen o, al contrario, acaba por hacernos próximos y cotidianos todos los delirios que acabarán siento el centro de nuestra vida.

¿Qué queda por hacer? Para mí, sin duda, coger una de sus películas, una de sus comedias locas y ver que el mundo cobra sentido cuando todas las rutinas se desbaratan.

3 comentarios en “Howard Hawks: cuando todas las rutinas se desbaratan”

  1. Lo primero de todo: ¡felicidades con mucho retraso! Se me pasó en Facebook y no tengo perdón de Dios.

    Lo segundo, que ya me imaginaba que te gustaba Hawks: tienes muy buen gusto 😉

    Lo tercero, al margen de la entrada: me enteré de que habías venido a Burgos para colaborar en un acto de COMA cuando ya había pasado. Es una pena, porque me hubiese gustado asistir a la charla y haber estado hablando un rato contigo 🙁

    1. Lo primero: ¡muchas gracias! El retraso es lo de menos 😉

      Lo segundo: es una lástima no haber coincidido… pensé que lo sabías pero que no podías asistir, como coincidió con iRedes… En cualquier caso, es probable que el año que viene vuelva para ir a recoger el título, y esta vez sí, te avisaré en persona 😉

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