Me he cansado

Como decía en la entrada anterior, estoy en un proceso de desaparición. Algo así como esa desaparición pixelada y difusa de algunos personajes en Deconstructing Harry, aunque más centrada en la forma que en el contenido. La realidad siempre se percibe mejor cuando va acompañada de la ficción y viceversa, algo que Woody Allen domina a la perfección.

Es un proceso (más una potencia que un acto total y absoluto) que procede del cansancio. No me canso de escribir. Sigo haciéndolo casi diariamente, aunque casi todo lo guardo para mí y para otros momentos. Tampoco me he cansado de VerbaVolant, aunque esté mucho menos presente que antes. Por encima de todas las cosas, me he cansado de las presencias insistentes y machaconas en las redes sociales. Siento que he perdido muchos momentos para dedicarme a otras cosas leyendo chuminadas (a veces, también participando yo en ellas). He profundizado en una ligereza que no me servía para ascender, sino para sobrevolar el fango a escasos milímetros del suelo. Y, de momento, no voy a seguir por esa senda. He reducido mucho mis visitas a Twitter, Facebook e Instagram. Recorro con mucha más presteza trinos, muros y fotos. Del primero, me quedo –fundamentalmente– con los contenidos, que a veces ofrecen un enlace estupendo, una reflexión actual, una noticia oportuna. Del segundo, no me borro porque me sirve para tener a tiro de tecla a muchos amigos y personas a las que aprecio. A veces es bueno saber algo de ellos, aunque no pienso estar presente en cada segundo de sus vidas. De los tres, el que más me cansa es Instagram. Entro de ciento en viento y, pese a que hay algún contenido de calidad, casi todo son oropeles y postureos. En conclusión, si la cosa no cambia y de momento, en Twitter me dedicaré a publicar cosas que entren en relación directa con mi trabajo e intentando aportar ese contenido que yo, como usuario, agradezco. Todo ese contenido se vuelca en Facebook como un espejo y así va a continuar porque puede tener cierta pertinencia. Si hago una foto maravillosa, la colgaré en Flickr, pero muy raramente en Instagram.

Vivo un momento en el que quiero que mi escritura se centre en un proyecto más grande. Todo lo que complemente o ayude a ese proyecto, estará en el blog. Todo lo que sea periférico y me guste, estará en el blog. Todo lo que me dé la gana, estará en el blog. Y el blog será ese lugar mío. Mucho más mío que esas redes sociales, en las que anunciaré las novedades de VerbaVolant porque ahora los lectores están mucho menos pendientes de las actualizaciones del blog desde que tiene una periodicidad incierta. Siento que las redes sociales, como decía arriba, me quitan tiempo para otras cosas y prefiero ahondar en mis pozos y laberintos que perderme por otros vericuetos.

También continuaré con el blog académico, ScriptaManent, y otros otros sitios web que mantengo relacionados también con mi trabajo. Como vía complementaria y más fresca que la actividad académica centrada en otras publicaciones, utilizaré ese blog siempre que tenga tiempo y ganas. Me prometo a mí mismo que seré más persistente, pero no me voy a obligar a nada.

Desde luego, no menosprecio ni un poco las presencias que cada uno decide y quiere mantener. Ni siquiera digo que, dentro de nada, me ponga yo otra vez a la tarea ligera y fútil. Pero, de momento, me he cansado. Y creo conveniente manifestarlo para que lo sepáis. Como ni el orbe ni el orden mundial no se pierde nada especial con ese desvanecimiento, desde ahora, desaparezco… aunque solo sea un poco.

Imagen de Ly. H.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.