La salsa del Chipirón es oscuramente dulce

Chipis

Chipirón negro ha vuelto a Verba volant. Como siempre, a través de mensajes a mi correo electrónico. Como siempre, enigmática. Creo que ya he dicho mil veces que me comenta en privado (casi) cada entrada. Sabe que de vez en cuando aparece en el lugar que le corresponde. De hecho, me comenta con sorna: «Me siento la estrella de la fiesta. Me gusta. Me gustaría ser una de esas musas y heroínas decimonónicas, en plan Nicole Kidman en Moulin Rouge y eso, pero no va a poder ser, moreno: ella es enfermiza pero, sobre todo, muy blancucha. Y ya sabes que yo soy más morena que el Chipirón, aunque mis amigos, de coña, me llaman Rubia. Pero este blog es tuyo, garbanzo y yo soy estrella, pero estrellada e invitada». Ella no sabe (se entera ahora) que ha encontrado detractores furibundos, también privados. Una de ellas me decía que Chipirón negro parecía la maestra, que decía cuatro cosas y yo era su alumno escribiendo al dictado. Otro dice: «Vale, Chipirones, Garbanzos. ¿A mí qué cojones me importa? ¿Es que tenemos que ser espectadores de lo que diga la tipa esa?» No obstante, son los menos. Muchos, permanecen callados; otros, se sienten maravillados por la presencia enigmática que puede decirse que vertebra el blog. De hecho, me dice: «¿Sabías que todos tenemos algo que decir? Con seguridad, tú te mantenías callado. Pero ahora tus palabras son voladoras y tienes que dejar que salgan de tu dura cabecita para que los demás las escuchen. Si yo te ayudo a expulsarlas, me siento con la dicha de ser la feliz matrona de tus llenos y de tus vacuidades, de tus tonos grises, tristes -muy tristes-, de tus tonos amarillos -amargos, pero suaves- y de tus obsesiones. Que son muchas, garbanzo moreno. Porque unas veces parece que estás demasiado cuerdo y otras veces eres lo más parecido a una regadera encerrada en la acolchada habitación del espanto. Y recuérdalo, todo es malo. Menos las palabras.» Y sí, este blog no tiene ni trampa ni cartón: por eso dice las verdades por medio de la ficción y grita las mentiras por medio de la realidad baciyélmica.

En otro mensaje, Chipirón negro me dice: «En el mensaje de ayer te dije que estas palabras voladoras se escuchan, no se leen. Ahora, por tu culpa, mis vecinos pensarán que estoy majara, porque me pongo a leer tus entradas en voz alta. Significan distinto. Con cada voz, con cada matiz. Cuando más me gustan es cuando pongo una voz que no es la mía, más pausada, más grave. Rebaño las palabras con los tonos y los quebraderos de mi voz». Yo se lo agradezco con la foto que encabeza esta entrada, que se titula Expresionismo abstracto y que se la debo a Daquella manera. A mí también me gusta rebañar la tinta del chipirón, con esa salsa bien construida, a base de estar cocinada con paciencia. Y muevo el pan de manera juguetona, como en la foto, dejando los intersticios del negro impregnados en mis pupilas.

Y lo mejor ha venido hoy. En un alarde de generosidad, y sin poder saber cómo ha conocido mi fecha de cumpleaños, Chipirón negro se ha dejado el enigma por el camino para mostrar su vena más agradable, simpática y emotiva. Y ha adaptado el poema «Como siempre», de Benedetti, para mí. Gracias, Chipirón negro: que la salsa dulce y bien cocinada te acompañe para siempre. Seguirás en mi blog, naturalmente. Y desde hoy, un poco más en mi corazón.

Aunque hoy cumplas
quinientos cuatro meses
la matusalénica edad no se te nota cuando
en el instante en que vencen los crueles
entrás a averiguar la alegría del mundo
y mucho menos todavía se te nota
cuando volás gaviotamente sobre las fobias
o desarbolás los nudosos rencores
buena edad para cambiar estatutos y horóscopos
para que tu manantial mane amor sin miseria
para que te enfrentes al espejo que exige
y pienses que estás lindo
y estés lindo
casi no vale la pena desearte júbilos y lealtades
ya que te van a rodear como ángeles o veleros
es obvio y comprensible
que las manzanas y los jazmines
y los cuidadores de autos y los ciclistas
y las hijas de los villeros
y los cachorros extraviados
y los bichitos de san antonio
y las cajas de fósforo
te consideren una de los suyos
de modo que desearte un feliz cumpleaños
podría ser tan injusto con tus felices
cumpledías
acordate de esta ley de tu vida
si hace algún tiempo fuiste desgraciado
eso también ayuda a que hoy se afirme
tu bienaventuranza
de todos modos para vos no es novedad
que el mundo
y yo
te queremos de veras
pero yo siempre un poquito más que el mundo.

8 comentarios en “La salsa del Chipirón es oscuramente dulce”

  1. Muchas gracias a todos por vuestros comentarios. Sí me gustaría apostillar que no me gusta que en este blog nadie "odie" lo que se dice en otros comentarios. Se puede estar de acuerdo o no, valorar las cosas de una manera u otra… pero no "odiar". Yo quiero en Verba volant disfrutar de la presencia de Chipirón negro como punto de unión, con los comentarios de todos. Bipolar, tú eres una persona fundamental en este blog, en el que se te quiere y aprecia de verdad. Un abrazo.

  2. Yo estoy con Yago. Ya hemos comentado y fantaseado sobre la verdadera identidad de Chipirón un par de veces en clase. Sí, nos pica la curiosidad de saber cómo sabe tantas cosas de ti, Raúl. Pero bueno, como ya dijimos, será mejor seguir disfrutando de sus palabras y de sus mensajes así, con el misterio que los envuelve, porque al fin y al cabo, es el ingrediente perfecto para hacer este blog más apetitoso de lo que es.

    Me declaro fan de Chipirón. Un saludo.

  3. Joaquín Diaz cantaba una canción de origen posiblemente medieval, con toques antimonárquicos "Chapirón de la Reina…"

    El caso es que a mi siempre me ha gustado más decir chipirón, posiblemente por el recuerdo que me traía mi amiga Chipi.

    Chapirón de la Reina, Chapirón del Rey,

    Mozas de Toledo ya se parte el rey,

    quedareis preñadas, no sabreis de quien

    Chapirón de la Reina, Chapirón del Rey,

    Mozas de Ciudade guardaros de él,

    que aún ni en moneda podreís detener,

    Chapirón de la Reina, Chapirón del Rey,

    En tanto que entre poneos en pie,

    más otros primores no habréis de poner.

    Chapirón de la Reina, Chapirón del Rey,

    Mozas de Toledo ya se parte el rey,

    quedareis preñadas, no sabreis de quien

    Chapirón de la Reina, Chapirón del Rey.

  4. Raúl no tiene imaginación suficiente como para crear a chipirón negro, ni él ni nadie. Soy de sus más firmes defensores y quién no ve a simple vista la magia que desprende Chipirón, es que la ve tan lejos de si mismo, que no puedo sino odiarla. Escribe comentarios que Raúl (Qué yo sepa) no contesta. Al principio, cuando siquiera sus asiduos lectores sabiamos de su existecia, ella estaba segura de que sus comentarios en privado provocaban algo. Y ahora se sabe la Nicole Kidman de este molino de palabras.

    Enigmática, sabe más de lo que se supone que ha de saber. Sinceramente no quiero ni saber quien es, se me caería un mito, por eso de poder ponerle cara y cuerpo de una simple persona, ahora es una voz, una voz que se mete en tu cabeza Raúl y yo creía que eso era imposible, por eso del enorme orden caótico que reina ahi arriba.

  5. Extraña relación la de un producto gastronómico con un comedor en potencia.

    Se me hace lo que escribe como si tú mismo lo escribieras.

    (la idea es genial)

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