Pasiones y fracasos

Blackboard

Dos noticias complementarias -y contradictorias- con las nuevas tecnologías y la enseñanza asomaron ayer por El País. En la primera, el titular afirma que «La enseñanza fracasa porque está obsoleta». Sostiene esta afirmación el colectivo de profesores IRES (Innovación y Renovación Escolar), autores del manifiesto No es verdad. , que también opina que la escuela tradicional es cualquier cosa menos tradicional: seguimos en la senda de «la transmisión directa de contenidos inconexos y no pocas veces desfasados e irrelevantes, en el aprendizaje mecánico y repetitivo, en la evaluación selectiva y sancionadora y en la prolongación de la jornada escolar con abundantes deberes». En la segunda noticia, los profesores más imbuidos en las nuevas metodologías de enseñanza (las famosas TIC) se quejan del poco apoyo y reconocimiento de su labor. Por poner un ejemplo claro y evidente, los profesores que trabajan con nuevos soportes y elaboran nuevos materiales utilizando sitios web, blogs, etcétera, no obtienen ningún reconocimiento académico oficial. La razón, que no hay ningún ISBN o ISSN que «avale» un reconocimiento científico que sí puede obtener cualquier abrazafarolas que se publique a sí mismo un libro o tenga un buen padrino para que le agregue un artículo en una revista «especializada».  Hace ya unos cuantos años, Sokal publicó un libro magnífico: Imposturas intelectuales (Paidós, 1998). En él cuenta la historia de cómo un sesudo artículo titulado «Transgresiendo los límites: hacia una hermenéutica transformativa de la gravedad cuántica» fue publicado en la revista Social Text. El escrito de marras no tuvo ningún problema para ser seleccionado y fue, desde luego alabado por su originalidad, que no era tal: era un artículo de coña, escrito con una abrumadora cantidad de notas a pie de página y sin ningún sentido externo ni interno. El trabajo de Sokal era broma, pero las novedades editoriales y las revistas especializadas están copadas de bromas verdaderas.

Ha habido enseñanza tradicional, buena y mala siempre. Entre otras cosas, porque siempre ha habido profesores renovadores. También hay que advertir que hay enseñanza novedosa mala. Entre otras cosas, porque siempre hay profesores que, a fuerza de estar a la última, se olvidad de lo fundamental. Pero lo cierto es que hay muchos que proyectan sus esfuerzos y desvelos para alcanzar una enseñanza moderna y profunda, renovadora y ambiciosa. Sinceramente, creo que las cosas van a tener que cambiar. Llevan cambiando desde hace mucho tiempo.

(Imagen de rich_w)

6 comentarios en “Pasiones y fracasos”

  1. Me he llevado una sorpresa espantosa en la primaria.

    No hay formación para el profesorado,

    la jornada es larga y con deberes repetitivos. Los conoci mientos importantes no tienen el importante sitio que les corresponde, las cuestiones de moralidad, alcanzan lugares insospechados..

    no se motiva a los niños, la eme con la a, y así hasta que desaprendas…

    no están motivados los profesores

    los padres con iniativa somos considerados alienígenas colonizadores

    … así que uno, aprende a tirar la toalla y a dejarlo pasar

  2. Quizá es que hay de todo un poco, que todas las partes tienen culpa y ninguna. Hay profesores buenos y malos, alumnos buenos y malos, materias buenas y regulares, padres buenos y malos, y políticos y ministros malos y peores.
    Demasiados protagonistas para un guión tan complejo.
    Un besito.

  3. supongo que, lamentablemente, lo bueno nunca se reconoce, o que es más facil criticar lo malo, o que siempre tira la piedra el más pecador…
    (Ah! por cierto, me dijeron que estuviste en el teatro, yo también, y te busqué para saludarte y no te encontré. )

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