Alguien con quien hablar

Alguien con quien hablar

Lo digo muchas veces, pero no me canso de repetirlo: me gustan las bibliotecas. Siento sensaciones inigualables cuando cojo un libro que ha sido cómplice de otros suspiros, desvelos y reflexiones, pero reconozco que me siento inmensamente feliz cuando me encuentro, ingenuamente, el primero de esa deseada larga lista. Cada vez que acudo a una biblioteca pública, me acerco al rincón de las novedades y me deleito con el estreno de una interesante compañía. Ayer me ocurrió esto cuando acudí a la biblioteca de mis queridos Burgostecarios (aunque sería más correcto poner un femenino colectivo, dado que son casi todo lúcidas mujeres) y me encontré el libro Alguien con quien hablar de Ángel Gabilondo. Me gusta Ángel Gabilondo porque es todo lo sesudo y ameno que se puede ser cuando profundiza en cuestiones metafísicas y es todo lo profundo y ameno que se puede ser cuando emprende las cuestiones desde una óptica muy humana (que también es metafísica). Todavía no he hecho más que pasar páginas, escoger fragmentos, en las caricias preliminares que requiere un libro de estas características. Por lo menos, ahora tengo Algo con lo que hablar. Espero que me conteste.

7 comentarios en “Alguien con quien hablar”

  1. Puf!!! me tienes loca… y encima como Gelu, aquí veo que nos nombrabas…. mecachis!!! y que no doy con ello… sigo con lo de chipirón y garbanzo negro, es que no se me ocurre otra cosa…. Alberto…yo que sé… arggghhhh!!!!

  2. Buenas tardes, Gelu. Me parecen muy atinadas tus precisiones. Pero te diré que serías digno receptor del regalo y me temo que los primeros quizá no lo consigan. No digo más. Lo único que te pido por favor es que entres a lo largo de la tarde noche -para entonces ya estará publicada, creo-. Sólo los seguidores de Verba volant podrán conseguirlo. Y sigo sin decir más….

    Un saludo, Gelu, y gracias por tus visitas.

  3. Buenas tardes, Raúl Urbina:

    Nos habías convocado a todos tus seguidores-as y ayer acudimos a tu llamada como almas cándidas.

    Menos mal que tienes "Algo" con lo que hablar: el libro de Ángel Gabilondo, pero piensa en lo que dice: Alguien con quien hablar. Su libro reivindica ese decir compartido y de ahí que se titule "Alguien con quien hablar", y no Alguien "a quien" hacerlo.

    No aspiro a regalo. Por eso el comentario va en esta entrada de hace cinco días.

    Saludos. Gelu

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