Quítame la suerte

Quiero que me quites la suerte. Si he de elegir a alguien para que me prive de ella, deseo que seas tú la que me la quites. Deseo que me la arranques si voy a perderte. Quítame la suerte, que es un regalo que va y viene, que hoy te toca a ti, tras perseguirla, tras abarcarla. Quítame la vida, que ahora a mí me sobra, que me ahoga en el respiro del aire que proclama tu nombre. No quiero ahora la vida, que el corazón no me deja de latir, ahorcado por un pericardio repleto de líquido, rebasado por la ausencia de fuerza en los ventrículos. De tanto suplicarte, se ha hecho fuego esta solicitud en los compases del bolero, que es el ritmo más proclive a la pena, al amor, al abandono. Si te vas a ir, solo tienes que decirlo. Si hay que elegir a alguien, pido al cielo que seas tú la que me quite la suerte, ahora que se me va la vida; ahora que el corazón duele hasta apagarse la voz en un susurro, ahora que, de tanto sufrir, el corazón olvida su latido. El rumbo se pierde sin instrumentos de navegación, el rumbo se convierte en derrota y en deriva. La ilusión se pierde por el laberinto dando tumbos. Y estos días azules se me van entre heridas envenenadas con las noches que nunca se acaban porque no empezaron. Solo espero que me creas si te juro que te quiero.  No tengo miedo a la muerte si eres tú la que me quita la vida. Solo tengo el hálito para vivir en ti. Quiero que me quites la suerte, que se ha ido perdiendo por los resquicios del tiempo. Quero que me quitas la vida, si es que voy a perderte.

(Versión prosificada y tremendamente modficiada de Rosana – Dando tumbos. Imagen de Rudi Benkovi? en DevianArt.)

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