Eclipses y corazones

 eclipse

De vez en cuando, me doy cuenta de que nunca estás aquí y me encuentro cansado de escuchar el sonido de mis lágrimas. De vez en cuando, me pongo histérico al darme cuenta de que, probablemente, ya han pasado los mejores años de mi vida. De vez en cuando, siento un miedo que me recorre todo el cuerpo. Entonces, imagino la manera que tenías de mirarme. Después, al comprobar la vanidad del espejismo, vuelvo a derrumbarme.

De vez en cuando, me siento impaciente y sueño con algo salvaje y, en otras ocasiones, me siento indefenso y sueño con descansar como un niño en tus brazos. De vez en cuando, me enfado con todo y siento la necesidad irrefrenable de ponerme a gritar hacia el vacío.

De vez en cuando, vuelvo a experimentar ese miedo que cala hasta los huesos y me calmo imaginando la manera que tenías de mirarme. De forma inexorable, al comprobar que los sueños se disipan, vuelvo a la vacía realidad. Ahora, hoy, esta noche, te necesito más que nunca. Si me abrazas fuerte, imaginaré que ese abrazo es eterno y que todo ha merecido la pena, que no he estado equivocado. Pero no sé qué hacer, entre la oscuridad, sobre un barril de pólvora y entre chispas apasionadas. De verdad, esta noche te necesito para que todo todo tenga sentido.

Y vuelvo a imaginar en el amor una y mil veces hasta romperme, una vez más en pedazos. Y el amor anida en esta perenne oscuridad , en este eclipse total de mi corazón.

(Versión prosificada y modificada a voluntad de “Total Eclipse of the Heart”, de Bonnie Tyler. Imagen de  Marco Fedele.)

 

 

3 comentarios en “Eclipses y corazones”

  1. Buenas noches, Raúl Urbina:

    De vez en cuando, necesitamos hacernos niños y que nos acunen. Y contemplar la mirada de esos ojos brillantes, con los nuestros cerrados, desde la perspectiva que nos instala en la seguridad del abrazo. Y así, crecernos.

    Saludos.

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