querido diario dos puntos dieciséis de septiembre

querido diario dos puntos

en seis días, he pasado de la nada a la luz y al calor. ha sido un calor intenso, es verdad, pero el milagro de la luz que comenzaba con el atardecer ha ido puliendo los grados centígrados hasta transformarlos en una sensación ideal para el paseo, para la divagación, para la charla entre las vistas y las miradas hacia una ciudad bella, justificable por la grandeza de su propia decadencia, o, quizás, por la debilidad de su propio esplendor.

escribo en estas páginas para decirte que he paladeado lo antiguo en plena nocturnidad, recorriendo gradas y galerías, contemplando lo que fue un templo de la sangre y del vigor y de la injusticia y de la fuerza bruta que necesitaba (también) ser astuta. me ha dado la sensación de quedar ensimismado ante la ingeniería encaminada a la crudeza. ahora, con la distancia, la vemos como cierta injusticia poética, puede que como espectáculo narrativo en plena dramaturgia.

toda la ciudad está repleta de columnas y miradas, de vestigios e intuiciones. toda una armonía dispersa y reunida que evita el diecisiete, como me enteré casi el último día, casi en el último momento.

quiero contarte también que una noche perdí todos los medios de transporte, ya avanzada la noche. y recorrí la ciudad a un trote nervioso y rápido. y me encontré en una situación contradictoria, con la prisa del que quiere volver y con la calma necesaria para saberse encontrarse con lo inesperado. así, de repente, me topaba, con ese azar que solo es causalidad, con todo el catálogo de las postales que nunca había divisado con esa luz tenue, con esa soledad que solo pervertía mi respiración. esa soledad que rodeaba a todos los edificios, por la noche que prometía estirarse como cuando todo tiende al infinito.

llegué al hotel en plena ascensión de adrenalina y de incredulidad, con esos ojos cansados que seguían maravillas. ahora —ya— con los ojos cerrados. hay otras cosas que quiero contarte, querido diario, sobre estos días, sobre estos momentos. pero ahora me basta con esto.

La fotografía pertenece a mi galería de Flickr.

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