no es fácil nada fácil – Blogólogo interior #9

manda güevos que un blog se llame verba volant y uno no tenga mucho que decir que las palabras vengan a ser un contrasentido de sus intenciones y de sus acciones muchas entradas no lo parecen porque parecen tierras en barbecho parecen también tierras baldías entonces llega el momento de plantearse a santo de qué con qué intención por qué no parar para que coño este delirio de exhibicionismo inane entonces llega el impulso de la pregunta sin respuesta del mundo sin principio conocido sin desenlace aparente sin embutido grasoso para meter entre pan y pan entonces llega el vacío de no llegar a donde quieres entonces llega el vacío de no abarcar siquiera tu envergadura entonces llega el momento de mandar a tomar por saco las comas y los puntos para que el pensamiento fluya y corra para que el agua no se estanque para que el movimiento dé el pego de creatividad o no sé qué entonces llega el momento de no hablar sin callar de gritar sin ser oído de pensar en lo que no lee ni el cristo que la fundó que ya es un clásico en estas morcillas sin ataduras entonces llega el momento de intentar desatar la cabeza de sus opresiones de desatar la mente de sus obsesiones de agitar una melena que nunca dejas crecer tú que eres hombre prudente y que se piensa las cosas ocho millones de veces antes de sacudirlas ante los ojos del respetable entonces llega el momento de pensar que has escrito una entrada desatada para atar cabos llega el momento de pensar que haces trampa llega el momento de pensar que las palabras voladoras son más tramposas que los tahúres en barcos de vapor que no son colecciones de libros entonces llega el momento de confesar que tienes que hacer una excepción que tienes que poner algo para que los demás entiendan el porqué entonces llega el momento de decir que todas las palabras del mundo fueron una vez una bella historia de amor sin palabras