Mirando al mundo con el ombligo… y viceversa

Verba volant, en Palabra de Mac

Hay momentos en los que uno está contento de tener ombligo y de no tener abuela, instantes en los que ves que las palabras, como las palomas mensajeras, vuelven con un mensaje agradable enganchado a la pata. Este momento llegó ayer, cuando el inefable MacGregor tuvo la amabilísima gentileza de comentar este humilde blog en la sección Palabra de Mac (presente y ampliadísima en un blog homónimo) del periódico La palabra de Burgos. A mí me gusta ser sincero, así que no me queda otro remedio que decir que me halaga «verme» reflejado en un medio de comunicación. Pero la vanidad es un globo que lo mismo se hincha que pierde aire por los poros, así que diré por qué estoy orgulloso de verdad. Estoy orgulloso porque estas palabras vienen de una mente inquieta y no de espíritus acomodaticios que se pasean por las líneas como quien sigue la peregrinación eterna del paseo de domingo, calle arriba, calle abajo. Palabra de Mac es un blog inquieto, abierto y ambicioso (por aquello de desear acoger muchas cosas dentro). Y eso es lo que me gusta.

Verba volant nació en silencio. De hecho, yo llegué a denominarlo en alguna ocasión escritura onanista, hecha por mí y para mí. Gracias a las iniciativas de Pedro Ojeda y Toño Álvarez, traducidas en la magnífica experiencia que fue (y será, imagino) Mutantes, tuve la suerte de conocer a un conjunto de tipos a los que admiro, germen de la Burgosfera, y que me ayudaron a sacar Verba volant de su reducido cerco para hacerlo volar. Jamás pensé que fuese a vencer mi carácter oscilante para sacar adelante cerca de 140 entradas. Y, gracias al consejo de alguno de mis amigos, he sido capaz de hacer el blog que yo quiero y no el que la gente quiera que sea. Esta es mi casa, y a veces me casco un post excesivamente largo cargado de conceptos, a veces saco mi espíritu canalla, en otras ocasiones me desnudo delante de la pantalla y acabo por sacar alguna gracieta. Sin ninguna pretensión, lo juro. Esa es su virtud, ese su defecto.

Aunque no soy esclavo de las estadísticas, intento seguir los vaivenes de estas palabras esparcidas por el todo y la nada de la Red. Me sorprenden muchas cosas. Por ejemplo, que tenga algún que otro millar de visitas mensuales. Y que, teniendo su núcleo en Burgos (a fin de cuentas, te leen los amigos…), haya crecido hacia prácticamente todos los lugares de España (me faltan Ceuta y Melilla…). Y que vea de vez en cuando que amigos de Camargo, de Llodio, de Hospitalet, Pozuelo de Alarcón, Madrid, Valladolid, Salamanca, Vitoria, etcétera, etcétera se acerquen por este rinconcito cada día. Todavía me sorprende más que estas palabras sean un nexo que me une a países como México, Argentina, Colombia, Estados Unidos, Chile, Portugal o el Reino Unido…

¿Qué tendré yo que contar que interese, qué tendré yo que aportar a esta esfera digital? Sinceramente, y mirando bien la calidad que tienen algunos blogs que visito y admiro, creo que poquito. Muy muy poquito. Pero esto es como ir de pinchos: picoteas por allí, visitas el de allá. Y siempre te ves reflejado en tus intereses y obsesiones, lo mismo que los intereses y obsesiones de los demás se dan cita aquí. Por eso me gusta este mundo. Y es lo que tienen los ombligos: todos tenemos uno, salido, metido o retorcido. Mirando el que tenemos enfrente, nos vemos a nosotros mismos. Gracias, amigos (visitantes anónimos, merodeadores, comentaristas públicos y privados). Intentaré seguir escribiendo de lo que me venga en gana. Estáis invitados a un cóctel de palabras voladoras, hasta que el cuerpo aguante.

(Y, para no perder esa acidez que tanto me gusta, sólo os pido que no toméis estas palabras muy en serio. No voy a citar una de mis expresiones favoritas, porque hoy me he prometido no caer en lo vulgar y soez. Pero os pongo el vínculo para que la disfrutéis (tendréis que buscarla en el cuerpo de la crítica de la peli). La dice El Lobo en Pulp Fiction: rememoradla y disfrutad).

5 comentarios en “Mirando al mundo con el ombligo… y viceversa”

  1. Yo no maldigo mi suerte

    porque bloguero nací.

    Aunque me ronde la muerte,

    no tengo miedo a escribir.

    No me da envidia el dinero,

    porque de orgullo me llena

    ser el mejor bloguero

    de toda la web entera,

    de toda la web entera.

    Bajo a postear cantando

    porque sé que más allá

    mi mare queda limpiando

    porque el niño no se va.

    Y cuando siento una pena

    bajo a Internet mi cantar:

    Soy bloguero

    Y templé mi corazón

    con clic y puntero.

    "Música de "soy minero"

    Soy bloguero

    y con caña, vino y ron

    me quito las penas.

    Soy bloguero,

    porque a mí nada me espanta

    y solo quiero

    bloguear cada mañana.

    Compañero,

    dale al chat pa cantar mientras posteo

    que al compás de la web quiero

    repetirle al mundo entero, yo,

    yo soy bloguero.

    http://garbanzonegro.blogspot.com

  2. Gracias, Pedro, Jero y Bipolar..

    Como a ti, Pedro, me gusta mucho más la contundencia de Mr. Lobo que las gracietas de Torrente.

    Jero, esta es mi casa, pero tienes la puerta abierta.

    Bipolar, decir que escribo bien es un bonito piropo viniendo de una persona que escribe muy muy bien. En cuanto a los enlaces, reconozco que soy un pesado, pero a veces pienso que los enlaces son lo mejor de un blog: si no quieres, no pinchas. Y si los pinchas, te puedes olvidar de la entrada original y avanzar por los vericuetos del hipertexto.

  3. Creo que simplemente escribes muy bien.

    Sí te pediría -por favor- que no cuelgues muchos enlaces, a pesar del riquísimo contenido (o que estén todos juntos jajaja)

  4. Agradecida (como Rosendo)

    por acogerme en tu casa y compartir inquietudes.

    Y sobre todo, las palabras.

    Un saludete,

    la Jerónima

  5. La palabra de Mac siempre acierta. Y sabe definir muy bien. En su entrada expresé mi opinión sobre Verba Volant.

    Aquí vengo y veo la cita de Pulp Fiction, y la creo mucho mejor que aquella de Torrente ("¿Nos hacemos…?").

    Un abrazo, Raúl. Nos leemos.

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