En fechas cercanas a mi tercera entrega de Los malos son los mejores, dedicada a Hannibal Lecter, Rosa Montero -siempre apasionada, para bien y para mal- se marcó un artículo furibundo en contra de la serie Dexter y lo que este tipo de ficción televisiva representa. Cuando ya tenía preparada una réplica a las líneas de la escritora, Hernán Casciari tuvo una aportación genial en su Espoiler titulada La abuelita de Rosa Montero. Es una entrada llena de inteligencia, sentido común y, sobre todo, conocimiento. Entre otras cosas, vincula lo que escribe Rosa Montero sobre la televisión actual contrastándolo con lo que hubiese podido escribir su abuela en lo que concierne a la literatura del XIX.
Por aquel entonces, yo todavía no era la persona inmensamente afortunada que soy ahora, dado que he incorporado a mi imaginario cultural la primera temporada de Dexter (y con la segunda ya empezada…). Advierto a los descreídos que intenten emprender el camino que quizá en los dos o tres primeros capítulos sólo encuentren algunas obviedades sobre la maldad interna de los asesinos en serie. Pero, a medida que os vayáis impregnando en la sutil maldad de Dexter Morgan, las evidencias psicoanalíticas de manual empezarán a dar paso a una construcción de un ente ficticio de gran riqueza y complejidad. Dexter es malo y, en el fondo, nos gusta que lo sea. Y no por el código moral con que le alecciona su padre adoptivo sino, porque, en el fondo, todos somos Dexter, pero en fino y sin que gotee la sangre a nuestro alrededor. El cazador cazado, la caza por la caza, la muerte y los sentimientos, nuestros sentimientos de culpa (y la ausencia de la misma). en el fondo, todos somos un poco como él, nos guste (como a él) o no nos guste (como a Rosa Montero):
Soy Dexter y no sé lo que soy. Sólo supe que había algo malo en mí y lo oculté. No hablo de ello, pero ese pasajero oscuro se encuentra siempre ahí. Y cuando tengo el control me siento vivo, medio enfermo con el escalofrío de un completo error.
Maté a la única persona de la que no necesitaba escaparme. Y soy el único que llora su muerte. Soy suyo en sus sueños más sombríos.
Creo que ayer empezaba la siguiente temporada en la Fox. No tiene mala pinta habrá que empezarla a ver.
He de confesar que, además, cada vez es mejor. Estoy a falta de dos capítulos para acabar la segunda temporada y, aunque parezca mentira, se han superado a sí mismos. O, mejor, han sabido combinar con lo mismo y crear dos cosas distintas y evolucionadas. Dexter pasará a los malos-complejos de la historia. Y, como afirma No soy Job, habría que empezar a pensar en la maldad de Dexter. Y compararla con lo que tenemos más a mano: nosotros mismos.
he de reconocer que la serie me ha atrapado, del todo
Dexter se ha convertido en una de mis series favoritas, la verdad. No se lo que diria la sra. Montero acerca de la serie, pero hay que verla desde el punto de vista de que es ficción (y a la larga, Dexter no es tan malo. ¿Hay que ponerse furibundo acerca de toooodo tipo de violencia en cine, tv, literatura, internet? ¿Hay que censurar y permitir sólo peliculas tipo Disney (ay, no, que algunas veces tambien hay escenas de violencia y salen malos). Las personas sanas e inteligentes (normales, al fin y al cabo) pueden ver perfectamente una serie acerca de un asesino en serie sin liarse a matar a todo el que le rodea. Vamos, digo yo.