Con suspense

Petanca2

– Todo nuestro trabajo consiste en evitar la palabra que nos liberaría de tantas obligaciones.

– ¿Y qué palabra es ésa?

– Etcétera.

(Fragmento de El enigma de París, de Pablo de Santis)

Siempre que se habla de palabras se está hablando de maneras de concebir y comprender el mundo. Decir etcétera presupone una anticipación del universo como un advenimiento de lo sabido, cerrado en un paquete cuyo contenido conocemos (la palabra etcétera procede del latín et caetera, que viene a significar «y todo lo demás»). Es la manera de dar por abreviado nuestro destino, dibujado ya entre las estrellas, Si de reflejar sentidos vitales se trata, a mí me son mucho más simpáticos los puntos suspensivos, signos tan polígamos y libertinos como para dejar abiertas las enumeraciones al ordenado caos de lo incognoscible desde la duda, la insapiencia o la pereza de un comunicante que deja al oyente libertad para construir un final abierto, distinto e inesperado. Decir etcétera convertiría tristemente nuestra vida en resignación -a no ser que rompamos su lógica con etcéteras infinitos-. Pero esos puntos aliados en el número mágico de la perfección nos recuerdan que el porvenir se llama así porque no llega nunca. Y cuando llega, es para echarse a temblar: es la única verdad que encierra ese etcétera que cercena nuestro futuro.

5 comentarios en “Con suspense”

  1. Sí, señor. Como sigáis así acabaré acordándome del latín. Cetus, ceteris… Por cierto que cuando me impactó El Nombre de la Rosa todavía me acordaba de mi latín de bachillerato, y entendía las sutilezas e ironías de Umberto Eco. Pero ¿cuánta gente sabe latín hoy en día? Cetus, ceteris… Manza

  2. me encantan los puntos … los utilizo mucho, muchísimo…

    hay palabros que los tengo más manía. ej: "politicamente correcto","evidentemente", me parecen unas coletillas agotadoras.

Responder a manzacosasCancelar respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.