Frío, frío

Nubes

Por un momento, te alegras de que en el calor de agosto amanezca un día con nubes y viento fresco. Levantas las persianas, abres las ventanas con la esperanza de la llegada de una brisa que haga reaccionar tu piel. Cuando llegue el frío duro y sin compasión, muy típico de la ciudad en la que vives, te acordarás de esta, forastero.

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