Hoy pagas por cada error

URB 016B

Quieres gobernar mi corazón, el aire que inspiro, mi silencio. Piensas que no podría vivir si tú no estás a mi lado, pero te lo aviso: las cosas no funcionan así. Mientes como un bellaco si te crees tan especial; sueñas si crees que me vuelves tan frágil como el cristal. Así que marchando, corre deprisa a kilómetros de aquí. Hoy me toca a mí decir adiós. Aunque te creías perfecto, el principio de causalidad (recuerda: todo efecto tiene su causa) hoy pagas por cada error que has cometido. Mi amor te enciende y enfría, es una especie de ilusión que te persigue y en la que te enredas. Por favor, cambia de estrategia. No llevo bien los lloros, los lamentos y las lágrimas. La energía se mueve en espiral y me sienta como el culo vivir en conflicto permanente.  En este duelo, cuerpo a cuerpo, la suerte te ha dado la espalda y ahora te toca perder. Se te está bien, por listo y sobrado: aunque te creías perfecto, toda causa tiene su efecto y todo efecto su causa. Hoy pagas por cada error. En cuanto a las causas, tú las conoces mejor que nadie.

(Nunca pensé que iba a escribir esto, pero hoy me ha dado por afanarme en la prosificación y adaptación libre de «Causa y efecto»… ¡de Paulina Rubio! Pero está bien darle vueltas al asunto del narrador y el narratario de lo escrito, aunque conlleve perder lectores.)

3 comentarios en “Hoy pagas por cada error”

  1. Buenas noches, Raúl Urbina:

    – Los errores siempre se pagan. Y unos traen otros, encadenados. Que se lo pregunten al de la casa de la ventana enrejada y tubo de salida de humos.

    O quizás, ni sea consciente.

    Saludos.

  2. Lo de la causa-efecto y lo de espacio-tiempo, tiene su aquel. Creo que a Paulina aún le están insuflando oxigeno después de tan arduo esfuerzo.

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