Por el mero placer de hacerlo

Escribir una entrada a estas horas un 24 de diciembre tiene la ventaja de que te encuentras a solas, entre el sigilo estruendoso de una música con la que, pese al ritmo, te concentras. Las aceras y paseos se abocinan con el bronco crepitar de los petardos mientras las calles de tu ciudad se nutren de coches y peatones rumbo a un destino. Escribir una entrada a estas horas te permite respirar un aire esperanzado pero no viciado. Te permite recordar todo tu pasado y alzarte en el futuro. Te permite recobrar el equilibrio suficiente para no decir lo que piensas, no vaya  a ser que alguien rechiste. Si todo lo que piensas pudiera pasar de tu cabeza a los dedos (a los labios, al corazón), el mundo sería diferentemente distinto.

Pero hoy es un día para escribir con tranquilidad y realizarte a ti mismo promesas en voz baja. Para esbozar ligeramente una sonrisa mientras piensas discretamente en todo lo que te encierra(s), en todo en lo que te pierde(s).

(Imagen de jmsmytaste.)

4 comentarios en “Por el mero placer de hacerlo”

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