Y probar si algo cambia en el mundo

Salpicando

Porque comienzas la rutina del día como si todas las horas hubiesen pasado por el corredor de los sueños. Porque tienes la falsa ilusión de que  escoges la ropa que te vas a poner esta mañana, pero siempre eliges ese pantalón que acaricia tu cuerpo con dulzura, esa camisa que abarca tus hombros con exigencia pero sin ataduras. Porque te duchas y, pese a intentar que no ocurra, siempre dejas unos mechones de cabello mojados, desafiando con su humedad el frío de la mañana. Porque coges el móvil y, entre todas las posibilidades, escoges siempre la canción que te resucita por fuera y te conmueve por dentro. Porque siempre es demasiado tarde para dejar totalmente limpios los zapatos.

Porque escoges siempre el mismo trayecto para desplazarte de tus rutinas, hoy decides ir un poco más despacio, desviándote en el primer cruce hacia la izquierda. Y probar si algo cambia en el mundo.

(Imagen de Danilo Urbina, que no es familiar mío.)

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