Durante mucho tiempo se ha venido asociando como más «modernos» a todos aquellos que pensaban que nuestro conocimiento procede integramente de la experiencia. Parece que eso de que nuestro cerebro «tuviese cosas» anteriores a la experiencia (las famosas ideas innatas de Platón, de Descartes…) era algo así como un exabrupto intelectual. A cualquiera que tenga dos centímetros cúbicos de sesera no se le escapará la obviedad de que nuestro cerebro viene equipado con cierto cupo de capacidades «de serie»que luego se complementarán y desarrollarán en un sentido o en otro gracias a los avatares de la vida. Aconsejo vivamente la lectura de la entrevista a Pinker (del que ya hemos hablado en otra ocasión) en la revista Muy Interesante. Nuestro talento tiene mucho que ver con la genética. Nuestra suerte, por contra, tiene mucho que ver con la Lotería. Que lo disfrutéis en estos momentos de crisis.
Mira Raúl, mi padre siempre me decía que yo había nacido estrellada… por si ayuda… Besotes, M.
Pues claro que hay una cuestión genética… Por cierto, ¿a qué crisis te refieres? ¿acaso a la de valores humanos…? Un saludo. Manzacosas