A contrarreloj – Out of time

Meditando1

En los tiempos en los que quien no corre vuela, en los tiempos en los que el aliento de la prisa se revuelve hasta nuestra cogote mismo, en los tiempos que son rápidos porque es imposible detenerlos, viví el otro día una experiencia única. Una mujer calzada con hábito salía al exterior de un edificio y permanecía inmóvil, con el sol tibio de una mañana de septiembre. Brazos cruzados, cabeza baja. Minutos y minutos de calma. Por un momento, pensé que estaba dormida. Abrazaba un libro con la presión justa para no ahogarlo, con la presión justa para que no se deslizase por su regazo. Yo iba y venía, hacía y deshacía, y la mujer seguía congelando su presencia en el mundo. Me dieron ganas de gritar para que despertarse de su letargo, envidioso de ese dulce sosiego. «¿Pero no ves que el mundo va a mil por hora?». Abrí la ventana, moví los brazos en gesto de saludo. Nada. Al cabo del tiempo, pensé que el tiempo detenido se revolvía por dentro, apaciguaba las entrañas y hacía más lento mi corazón. Por unos breves instantes, pensé también que a mi cuerpo -alguna vez- podría inundarle esa calma,  la calma de ese mundo que ralentiza los segundos hasta detenerse en el preciso fotograma que nos permite vernos a nosotros mismos, que nos permite darle vueltas a nuestro espíritu a ritmo lento, para reconocernos por fin. El mundo -de repente- volvió a ponerse en marcha. Me  embutí la cinta de la cámara al cuello, apunté y apunté con el objetivo de mi Canon a ritmo frenético (paparazi-paparazzo de su interior externo), francotirador de su pensar calmo, invasor de sus resquicios de intimidad al compás de mi objetivo 18-200. Inmortalicé un momento que duró toda una vida. Y sonreí satisfecho, cada uno bien situado en el mundo que se merece. Ella siguió rezando.

4 comentarios en “A contrarreloj – Out of time”

  1. Ha sido un pequeño hurto de carterista en la Puerta del Sol sin que la victima ni siquiera se percate. Le quitaste algo de recogimiento y casi hasta un poquito de su alma, para exibirlo en el gran bazar que es la Red. Te libra que fue con buena voluntad…

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.