Narcolepsia

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Iba a leer un breve artículo sobre la narcolepsia, pero me quedé dormido sobre la segunda página. Cuando me desperté, noté que mi moflete derecho quedaba aprisionado entre sujetos y predicados. Mi ojo izquierdo, mientras, perdía el cincuenta por ciento de su lucidez por culpa de las gafas, que estaban totalmente descolocadas, peligrosamente giradas hacia las cejas. Como si me hallase en mitad de un mal sueño, me levanté. La relajación muscular me provocó el ir dando tumbos por el pasillo. Cuando estaba a punto de alcanzar el dormitorio, un nuevo brote de sopor catapultó mi cabeza hacia la esquina del zapatero. La esquina se debió de apartar en el último momento, porque cuando volví en mí la sangre no chorreaba por ninguna parte. Llegué a la cocina y cogí de un armario demasiado alejado un comprimido de metilfenidato, que me dejó como una pera limonera. Las siguientes horas fueron de una hiperactividad terapéutica. Me acabé el artículo, navegué por todas las páginas médicas y llamé a dos primos lejanos para contarles lo que me pasaba. A medida que iba pasando el tiempo, fui pasando a territorios limítrofes, con el limbo inocente a un lado y el purgatorio en la otra punta. Empecé a preocuparme por mi enfermedad, pero también por su curación. La pregunta no era ya qué pasaría si no me curaba, sino, sobre todo, consistia en qué pasaría si me curaba. Igual me ponía tan sumamente bien que no volvería a dormir nunca más de los jamases. ¡Qué sueño! Después de un rato, empecé a escribir esta entrada. Pero mucho me temo que, a la mitad, me quedé dormido.

6 comentarios en “Narcolepsia”

  1. Hola, de casualidad entro en este Blog y me encuentro un comentario de Sara!

    No hay que sentir el diagnóstico como un peso en el alma, se puede, se puede, es darle batalla a la indiferencia de aquellos a los que las minorías representamos vaya a saber que rollo para ellos. No importa, somos unos cuantos para ayudarnos.

    Me gustó tu relato

    Un saludo

    Bella Durmiente

  2. La narcolepsia… estoy a la espera de los resultados, rezo todos los dias para escuchar en boca de la doctora que estoy sana y lo mio solo se trata de una hipersomnia. Si el diagnóstico fuese positivo no se que haria con mi vida. Además de los sintomas tan dramaticos de la enfermedad los enfermos tienen que luchar contra la ignorancia e incomprension de los demás. Una vez un municipal le pregunto a una chica narcoleptica que llevaba la camiseta de la asociación si tenia algo que ver con las drogas, un poco fuerte… Donde está el clavo ardiente al que acogernos? Solo veo un horizonte negro sin ningun destello de luz al que aferrarme.

  3. Las paradojas son la evidencia más evidente de que la contradicción está en el centro del mundo. El Ritalin y sus aplicaciones, una muestra más a la que he querido hacer homenaje, aunque nunca lo haya probado. Siempre me quedo dormido al leer los prospectos farmacéuticos.

  4. Ahora el "Rubifen /Ritalin", en vez de prescribirse ante casos de narcolepsia como el "suyo", se les administra a los niños hiperactivos…efecto «paradojico" de calmar personas agitadas….fuego contra el incendio…curioso verdad???.

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