Sigo viendo Californication (tercera temporada en Estados Unidos y en mi disco duro multimedia). Como todas las cosas, no es lo que parece. Es una serie que parece que trata de sexo y trata del amor. Y, cuando crees que trata sobre el amor, ves que trata sobre las relaciones humanas. Y cuando crees que trata sobre las relaciones humanas, vas y descubres que trata sobre la vida. Compruebas que el humor no es una excusa, pese a ser una serie endiabladamente divertida. Compruebas que la risa es el vehículo del buen humor, pero también de un dolor curado a medias y con un único antídoto.
Por eso, hoy al deleitarme con el noveno capítulo, me he sentido Hank Moody diciendo: «I suffer very loudly». Sufrir a todo volumen, que es una manera de afirmar que el dolor, expelido a los cuatro vientos, es una forma de sanar. O, lo que es lo mismo, de cómo la tragedia se convierte en humor y de constatar que el humor, en el fondo, esconde muchas tragedias.
Cierto es!
Un saludo!
I´m Hank
Si yo te contara… Besotes, M.