
ÉL. ¿Qué niqui me pongo, el rosa o el azul?
ELLA. Es que me muero contigo. ¿Niqui? ¿Quién dice niqui?
ÉL. ¿Cómo que quién dice niqui? ¿Pues cómo se dice? No es una camiseta, que tiene cuello.
ELLA. Se dice polo, de toda la vida.
ÉL. Se dirá polo en tu vida, pero en la mía se dice niqui. De toda la vida.
ELLA. Niqui suena a viejuno y a rancio. Y a hortera.
ÉL. Viejuno, rancio y hortera…
ELLA. Lo mires como lo mires.
ÉL. Lo miro, claro. En el diccionario ahora mismo, lista.
ELLA. Tú todo lo arreglas con el diccionario. Como si fuese la Biblia.
ÉL. Todo lo que quieras. Mira, espabilada: Niqui, prenda de punto.
ELLA. A ver, el experto siempre me dice que la palabra preferida es la primera que pone: Polo, prenda de punto que llega hasta la cintura, con cuello, y abotonada por delante en la parte superior. Te comes el diccionario con patatas, por listo.
ÉL. Listo o no listo, aquí viene que viene del alemán Nicki. Y mira, toma Google, que me dice que viene de una marca italiana.
ELLA. Y, si sigues mirando en Google más allá de lo que te conviene, te dice que seguramente llegó con las familias de emigrantes a España. Lo dicho: viejuno. Hortera igual no, pero viejuno y rancio. Lo internacional y lo normal ahora es polo.
ÉL. Claro, como todo el mundo juega al polo…
ELLA. No juega todo el mundo al polo, todo el mundo, todo el mundo normal lo llama polo. Y punto pelota.
ÉL. Contigo no hay manera.
ELLA. Y eso que no te he dicho que no tienes ningún polo rosa, que ese polo que no te pones a todas horas es salmón. ¡Salmón! Polo.
[Dos días después…]
ÉL. Mira la chomba que me he puesto. Como puedes apreciar, posee un tono entre el rosa y el naranja, con matices suaves, agradables y una elegancia discreta. Y me entienden en Argentina, Uruguay y Paraguay.
ELLA. Eres tonto, pero tonto a más no poder. No te llega la camiseta al cuello ni el cuello a la camiseta.
Entrada perteneciente a la serie Diálogos. Con imagen sacada de una web de compras.