Tener un blog tiene muchas ventajas, pero una por encima de todas: es tuyo. Mientras tengas esto claro, todo irá bien. Porque tener un blog tiene muchas ventajas, señaladas ya en muchos sitios. También acarrea cosas negativas, pero eso ya es cosa que no cabe aquí (hoy).
Es cierto que uno escribe para que lo lean, pero también que lo que escribe tiene que partir de uno, ser de uno, conformar el «uno». Los demás son una parte consustancial del todo, pero el yo es un inicio. Siendo tuyo, haces con él lo que te da la gana. Porque eliges, enfocas o proyectas las cosas para que sean lo que quieras que sean. O haces lo que puedes, o haces por poder.
La ventaja de tener algo tuyo es que lo manejas y nadie te lo impone. Ni la actualidad ni las circunstancias, a no ser que tú lo decidas. Por eso, has decidido no ser cáustico. Ni violento. Como es tuyo, eliges. Y eliges, entre todo lo tuyo, todo lo que sea de tu gusto y todo lo que te haga sentir bien. Que un día será otra cosa, diferente y opuesta, pero de la que se saquen lecciones de vida (tu vida, la vida, quién sabe).
Y, como consecuencia, dialogas, narras y cuentas. Lo tuyo. Lo que te interesa por encima de todas las circunstancias. Esa es la ventaja. Las reclamaciones, al saco de las con(s)ciencias.
Imagen de Aftab Uzzaman.