De cómo las nuevas tecnologías en el reconocimiento del habla convierten un soplamocos (o sornavirón) en una ilustre e hipotética hermana del famoso poeta romántico inglés.
De cómo las nuevas tecnologías en el reconocimiento del habla convierten un soplamocos (o sornavirón) en una ilustre e hipotética hermana del famoso poeta romántico inglés.
Hoy he entrado en tu blog y veo que me he perdido muchas entradas muy interesantes. Volveré con calma. Besotes, M.
Sornavirón, escolingarse, chospar…
Joder, ¡qué grande es el castellano!
😀