vengo escribiendo y escribiendo para apenas nada caen los lectores como los bañadores en las cabinas de los vestuarios de las piscinas y yo me acuerdo de todo menos de casi nadie embebido en una ausencia de empatía hacia todo aquello que no sea carne a la brasa menos tu cuerpo envuelto en sedas blancas pero lo que hay es lo que hay y yo no estoy borracho como poe ni enlaudanado como byron ni como nada de nada el verano sube en su temperatura espiritual hacia la espiral de un algo como de noseqúe que no acierto a definir ni a dirimir ni a discernir porque ya no sé definir dirimir y discernir son palabras que son sólo eso porque no sé qué cojones significan me paso la vida entera viendo curvas estadísticas que rozan el vaivén de los estados de ánimo la estadística es importante lo más importante porque todo estudio que se precie tiene que tener constantes variables y desviación típica o estándar o no sé no tengo ni idea tengo que disfrutar de las vacaciones del mismo modo que disfrutan las vacas en el campo esperando que les roben la leche o las maten o las dos cosas iba a escribir sobre el cuervo y sale el grajo o sobre el oportunismo o sobre todo pero hoy no sale nada de nada ni puntos ni puntos y coma que nadie sabe para qué coño sirven ni enlaces ni hipervínculos hacia la nada los chipirones se han debido esconder en las costas de la sierra o escucharán flamenquito por la esquina inferior izquierda de la luna de su coche es un planeta jodido este muy muy jodido intentar escribir un monólogo interior haciendo como que esto fuese nuevo o sirviese para algo pero debe ser el verano que se esconde por las esquinas de las toallas de los bañistas de la playa oliendo a fritanga podrida de chiringuito existencial o puede también que ya se me hayan olvidado las leyes de la lógica o ignore ya las leyes del pensamiento fuerte para hacerlo débil débil es un día de verano lo sé con frío en la piel del agua demasiado fría para mi gusto y con el regusto salado del agua que no la tiene los días están próximos a su refugio lejos muy lejos y yo no sé ya ni a quién escribo ni para qué ni para qué carajo sirve todo esto pero una entrada es una entrada y todo cuenta aunque ya nunca diga nada de nada
Mea culpa… he escrito otro. Pero sólo he puesto un punto… Sorry, sorry, sorry
¿Acaso no tienen los ojos entrenados de Grabriel García Márquez?
A mí me ha encantado (sin abusar del jabón) y
sí, es cierto, ¿de qué sirve?…
otros se dedican a manipular artefactos peligrosos…
Es lo que tiene el monólogo interior, Fran y Manza. Pero la próxima vez haré una versión con puntos. Prometido. Pero quiero dar rienda suelta a los flujos de conciencia. Saludos para todos.
Hola. Pues también quiero puntitos y comitas. Un saludo.
¡Un punto, por favor! O como mínimo, una humilde coma que me permita respirar.
¿Un honor? No hagas que me ruborice… Besotes, M.
Querida Merche: lo cierto es que era una entrada más experimental que otra cosa. Verba volant, a pesar del bajón veraniego, tiene todavía una buena sarta de impenitentes seguidores silenciosos. Y creo que todo el mundo está encantado -yo el primero- de tus visitas y tus comentarios, que son un honor para el blog. Un abrazo.
Me ha extrañado que en tus dos últimos posts, sea yo tu única comentarista. ¿Será por eso que la gente no entra? Bueno, yo los encuentro muy buenos y me rio un montón. Este último sin puntos ni comas ¡me ha encantado! No dejes de escribir que por lo menos yo te leo. De todas formas en verano la gente anda más floja… Besotes, M.