Descalabros

URB 036-1 

No sé por qué, tengo una cabeza y un alma que no dejan de llevarse golpes. Decimos muy a menudo, en broma, que de pequeños nos dimos un golpe con la bici que justifica nuestro modo de ser extravagante y fuera del quicio de lo convencional.  Yo no me he dado nunca un golpe con la bici –me lo di con una moto, pero esa es otra historia que acabó con algo de piel quemada–, pero llevo ni-se-sabe-cuántos golpes en la cabeza. El último, ayer mismo. Con el borde de un lavabo. Todavía no sé si me caigo porque me mareo o me mareo porque me caigo, pero la cabeza ya tiene unos cuantos puntos de sutura, ahora mismo un chichón del tamaño de una mancuerna y las contusiones me han obsequiado con más arcos superciliares que los de un prehomínido.

De los golpes del alma, mejor no hablar, porque esto no es la consulta de un terapeuta. En cuanto a lo de la bici, ahora que caigo –nunca mejor dicho– igual tropecé un día. Y me caí. Y de ahí viene toda la sangre. Todo el sudor. Y todas las lágrimas. 

Lo mejor de todo es que luego te vuelves a levantar. Y así te puedes caer. Más alto, más veloz y más fuerte. En los juegos olímpicos del descalabro.

(La imagen pertenece a una de las fotografías que sacamos mi hijo Alberto y yo en la exposición «Voces y signos», de Javier Pérez y Alberto Corazón, en la Catedral de Burgos)

7 comentarios en “Descalabros”

  1. Buenas tardes, Raúl Urbina:

    Gracias por esta entrada, que para mí, como por arte de magia pusiste en el momento justo.

    En un principio, al ver las fotografías que hizo tu hijo, pensé que eran "los heraldos negros" que se habían descalabrado después de tomar unas copas por los alrededores. Esta mañana, creía que eran el acompañamiento para una versión actual del "Ay Jalisco no te rajes" que señalaba Don Marcelino Orbés, aumentando el número de músicos del trío Calavera. Luego he ido a informarme sobre la exposición de estos dos artistas. Me ha gustado, y como veo que estará cuando vaya a Burgos, podré disfrutarla, a pesar del tema -no quiero hacer un oxímoron – .

    Saludos.

    P.D.: Alberto, ha crecido mucho desde la fotografía anterior. Pero, no sé que le habrías hecho, que parece molesto contigo. Y no me extraña.

    Se parece mucho a tí, pero es más guapo. Aportación de la madre.

  2. yo me di una castaña de impresión que recurdo porque llevaba en ambas manos unas bolsas con unos discos de vinilo, que milagrosamente rescaté en alto. Y lo que es el amor propio, ante el círculo de curiosos ciudadanos, uno nunca se hace nada de nada, aunque esté hecho unos zorros.

  3. El cráneo, aunque no es de bronce como en esta instalación, es más duro y consistente de lo que imaginamos. Pero una mala caída por un mareo puede ser peligrosa, hay que averiguar las causas de por qué suceden los desvanecimientos. Mis mejores deseos antiinflamatorios para el chichón y analgésicos para todo lo demás.

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