Y no lo sabía

adusto

Una presa en el saco de la ignominia, una huida hacia delante. La seriedad como arma y como escudo. El gesto adusto, la mirada angulosa y angulada. Un mohín de reprobación en el semblante. Aquí nadie se ríe, que la vida es muy seria y no está el horno para bollos. Y lo digo yo, que soy el que manda. Las cosas no son lo que parecen, todo es grave siendo ingrávido; todo es volátil, pero pesa, como las consecuencias de nuestros actos. Por eso, él se decidió a no tolerar la risa, ni la broma, ni el labio curvado fácil. Padecía gelotofobia y no lo sabía. Por si acaso.

(Entrada dedicada a todos los intolerantes y poco sonrientes con los que nos toca vivir. Imagen de ViaMoi.)

4 comentarios en “Y no lo sabía”

  1. Judit Esteban Garc&i

    ¿Prefieres una sonrisa finjida antes que un semblante que refleja perfectamente el estado de tus entrañas?.

    Créeme,hago grandes esfuerzos por comprenderlo pero…no puedo,no sé si algún día llegaré a ello,creo que sola no.(Esto último no tiene nada que ver con la entrada).

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