Trucos

Mago

En el mundo de la magia, la palabra truco está muy mal vista. Los magos prefieren el término juego para referirse a las ilusiones que muestran ante los espectadores. Por decirlo de una manera rápida, los magos se sirven de trucos para hacer sus juegos. El truco es ese recurso escondido, ese artificio, esa habilidad con la que se consigue la magia. En un espectáculo de ilusionismo, las reacciones de los espectadores son de lo más variadas: siempre existe entre el público un tocapelotas gracioso, alguien que está más pendiente de pillarte en falta que de disfrutar; otros que, después de verse sorprendidos, dicen: «Claro, pero seguro que hay truco». Conozco a algunos espectadores que hacen todo lo posible por chafar el juego poniendo al mago en dificultades. Por último, están todos aquellos que disfrutan con la magia, que se divierten, que apartan sus anhelos racionalistas durante unos instantes para disfrutar de la ficción. ¡Claro que la magia tiene truco! Pero el truco debería ser un recurso importante para el ilusionista y debería quedar oculto para el espectador. Así, éste se preguntará, ante un buen espectáculo de magia: «¿Pero cómo ha hecho desaparecer a la chica?» «¿Cómo ha adivinado la carta?» ¿»¿Cómo ha logrado cortar en tres a su acompañante?» El interés por lo secreto es entendible, pero acercarse al misterio tiene sus peligros. Particularmente, lo que más me gusta de un buen espectáculo de magia es salir contento y sorprendido por lo que he visto. Pese a que, por mi afición a la magia, conozco alguno de sus mecanismos secretos, tampoco intento enterarme de las cosas que no voy a practicar. Prefiero que el misterio ronde a la magia para que ésta lo sea de verdad. Dado que la magia «de verdad» no existe (sí tiene truco, sí), la magia existe en el momento en el que nuestro cerebro queda en suspenso respecto a lo que ha contemplado en el espectáculo.

Como casi todo el mundo sabe, un mago enmascarado (no le voy a hacer el juego de poner el enlace donde se le puedan ver sus tropelías) se ha dedicado a destripar incontables buenos juegos de magia revelando sus «trucos». El programa, a los curiosos, les depara unos minutos de placer: por fin han pillado al mago. Sin embargo, ese «mago» ha roto para siempre la magia de la imaginación. La magia necesita ser pensada, imaginada, comentada, pero nunca revelada. Por eso, ese mago ha conseguido que lo que ha sido una constante lucha del ingenio del mago a lo largo de la historia para satisfacer a los espectadores pase, en ocasiones, al escepticismo o, lo que es peor, al menosprecio.

Los buenos juegos de magia son un alarde de imaginación y de inteligencia. Ese mago enmascarado ha hecho un flaco favor a la magia. No a los magos, que seguirán inventando recursos ingeniosos para cautivar al público o que profundizarán aún más en sus técnicas para que todo quede en el ámbito de la sorpresa. Digo que ha hecho un flaco favor a la magia porque nuestros ojos, ahora, quizá son un poco más sabios, pero seguro que son un poco menos inocentes. Como todo en esta vida, visto el truco, se acabó la magia.

(Imagen de Photomish Dan.)

6 comentarios en “Trucos”

  1. ¿Sabes Raúl? A mí sí que me gusta la palabra truco. La prefiero a esa otra tan usada entre los magos: "rutina", que palabra tan fea ¡si yo hago magia precisamente para escapar de la rutina! y aparte creo que muchas veces se usa de forma equivocada.

    Yo también soy de los que piensa que lo peor de la magia es conocer los secretos, en algunos de mis libros favoritos, tengo algunos juegos todavía sin leer, abro la página, miro los dibujos, imagino que increible técnica desvelarán y los vuelvo a cerrar disciplinadamente (puro masoquismo mágico)

    Hasta pronto y gracias por acordarte de la magia.

  2. Por cierto, ¿tenías la introducción de "Los crímenes de la rue Morge" de Poe en la cabeza cuando escribisteis esta entrada o sacaste la inspiración como Agatha Christie lavando los platos?

    Un saludo

  3. Me parece una refelxión muy correcta en su contenido y oportuna en el tiempo.

    Es nuestra obligación, como magos, seguir ilusionando a la gente, a los quenos rodean, a nuestros proximos. SEguro que nos lo agradecerán

    Mariano

  4. La palabra truco, junto con bocadillo y alguna otra más, son de mis favoritas. Suenan preciosas. Y coincido con Bipo, esto es como lo de los Reyes, no hay nada más tierno que las caras de los niños en la Cabalgata de los Reyes, o las caras de adultos hechos y derechos asombrados ante el truco inexplicable (porque que hay truco no es ninguna revelación, lo chulo es eso que hay truco y no evidencia)

  5. Mira que na' más empezar estaba pensando en el enmascarado…

    La habilidad, la verborrea, la destreza, la elegancia de movimientos y la rapidez son intocables.

    Pero sí, esto es como lo de los Reyes Magos.

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