Ni una palabra

Niebla II. Fotograrf

El torrente de significados catapultó al escritor a ese mundo donde la materia se desvanece entre la niebla del Arte. Mira, lector profundo, las heces de la letra devoran los blancos espacios. Sólo un murmullo fresco de ese viento fecundo, sólo un leve susurro de la espuma que fecundó la ola. Ahora mi mano se acerca a la palabra; sus párpados suaves caen ante lo insondable; la sonrisa y el llanto se debaten en lucha incesante de síntesis jamás logradas. Y el beso profundo, en búsqueda de aquel deseo vano, primitivo y oscuro que subyacía en mi pecho fue relajándose en puro elixir de lo que no existe, de lo místico y placentero que rebosa en el ser humano. Las mejillas apretadas ante un destino infeliz, manos luchando por buscar una meta, y tan sólo quedó de nuestro encuentro la Nada. Las ideas quebraron; quebró el llanto. Y de mis labios no pudo brotar tan siquiera una palabra.

2 comentarios en “Ni una palabra”

  1. Y todo se impregnó de la lentitud y quietud de la niebla, tu cuerpo no pudo moverse, reaccionar ni hablar porque sólo había silencio, paz, tranquilidad y sosiego. 🙂

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