Íntegros

Camiltulcan

He pasado muchas veces por esto: se me tiene por traidor, inconstante, gruñón, egocéntrico, malhablado, malpensado, voluble, aburrido, apático,estricto,  pusilánime, pendenciero, hirsuto, manipulador, nihilista, listillo, bocazas, timorato, temerario, enrabietado, gamberro, sibarita, despectivo, misántropo. Si me preguntan, también diré que todas esas cosas son ciertas en mayor o menor medida. Lo que me sorprende, sin embargo, es que otras personas consigan ser víctimas, inocentes, sufridas, bienhalladas, santas, persistentes, fieles, bondadosas, destinteresadas, cándidas, justas, entrañables, apegadas, atentas, inofensivas, serenas, bonachonas, cariñosas, tiernas, expansivas, fervorosas, reverentes, complacientes, delicadas.

Como también se tiende a afirmar que una de mis defectos más vituperables es esa intrínseca tendencia a dar la vuelta a la tortilla, sigo instalado en todos esos adjetivos y una larga lista de términos equivalentes. Puestos a darle vueltas a la cabeza, quizás tengan razón. El mundo —parece— es blanco y negro. Y sirve para que muchos caminen con la espalda bien recta, orgullosos de pertenecer a la estricta secta de la blanca luz fluorescente de la verdad.

Esta entrada sirve para darles la razón. Y sirve para que se vayan de rositas, amparados en su ejemplaridad infinita.

(Imagen de Camil Tulcan.)

3 comentarios en “Íntegros”

  1. Buenas noches, Raúl Urbina:

    – "Soy como soy", que cantaría Raphael.

    – Me he fijado en la fotografía. Aunque he dado el zoom, no he podido apreciar en el fondo del espejo lo que lleva entre las manos.

    Y sí, se parece un tanto al comerciante Arnolfini que retrató Jan Van Eyck.

    Saludos.

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