Sincera-mente

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Los días pesan como losas y las noches se abalanzan como demonios. La mente se embota con una fecha de caducidad ya caducada, mientras el cuerpo sufre un anquilosamiento por un peso mayor que el de los años, por un peso más severo que el de una gravedad demasiado grave. Hoy pienso lo que pensaba y en lo que me reafirmo. La vida produce demasiado sufrimiento.

Me he intentado engañar  contagiando una sonrisa a mi alrededor. Me ha intentado sostener extendiendo los brazos y abriendo las manos para ser más estable. He intentado respirar hondo mil y una veces, con la cara mirando hacia lo alto. Pero la vida produce sufrimiento.

He procurado fijarme en las cosas bellas. He intentado buscar las pequeñas esencias y delicias del Universo. He tentado los pequeños retazos de vapores positivos. La vida, sin embargo, produce demasiado sufrimiento.

He buscado la justicia divina y la de los hombres. Me he dicho a mí mismo que no existe el miedo. Y me han dicho muchas veces que tenía que mantenerme en pie, pero todavía no me han enseñado cómo se consigue. Me han dado argumentos racionales para referirse a las emociones. Han esgrimido sentimientos cuando debían convencer a la parte demasiado racional de mi cerebro. La vida, no le demos más vueltas, produce sufrimiento extremo.

He intentado llorar, mirar mi lado íntimo, buscar refugio entre las sombras. He intentado cobijarme de una tormenta que nunca cesa. Me siento solo hasta sentir dolor físico y no me consuela la soledad del resto de mis congéneres. Me siento tan vacío como lo pueda estar la nada en su negligente negritud. Me siento romántico en el más estricto sentido del término y también en el más dramático.

El ánimo se me cae a pedazos de una enfermedad que no puede ser sino la lepra de los sentimientos. No puedo dar un paso más y el abismo se me echa encima con una rotundidad que asusta. No es la primera vez que veo la muerte mirándome a los ojos. En el espejo de la consciencia, la veía con un color de ojos que no era el mío. La veía diluida en un contorno que no se me asemejaba. Se peinaba con un aspecto que me resultaba extraño. Sin embargo, ahora que compruebo que la vida produce sufrimiento sumo, veo a la muerte dibujarse y adaptarse extrañamente a mi silueta, la veo desde fuera y la veo ajustarse poco a poco en todos mis contornos.

Decían que la vida es bella. Eso aparecía en una película en la que, sobreviviendo en un juego demasiado serio, se ganaban puntos y se daban los buenos días con formas recurrentes, casuales, casi mágicas. Pero la vida es obtusa, cruel y puta. Cuando se empeña a perseguirte, lo hace hasta cortarte el aliento. Cuando se empeña en joderte, lo hace hasta que ya no puedes gritar «Basta». Te enmudece con su mierda disfrazada de belleza.

Cuando caes y no te levantas, cuando después de caer descubres que el suelo es sólo una repisa más que conduce al sótano de lo hondo, cuando después de seguir cayendo no llegas a ver el fondo, descubres un abismo demasiado negro para ser cierto. La vida cansa y no me sostengo. La vida aprieta y ahoga, sin más pan bajo el brazo que el de la desesperación.

Pese a los intentos vanos, veo mi vida cerrada a cal y canto con un fin que cae en el abismo, en el choque violento, en la ingesta que conduzca a un sueño con el que no despierte. Lo peor de la vida es que, pese a los poetas, no es metáfora de nada. Ni es vehículo, ni tránsito.

Cada día intento insuflarme fuerzas, pero el aliento se acaba. No veo el momento de ver el final y las despedidas son siempre tristes. La vida es una broma en una fiesta a la que no nos invitaron. Y no tiene ni puta gracia.

(Imagen de Dalibor Levícek.)

5 comentarios en “Sincera-mente”

  1. Buenos días, Raúl Urbina:

    Estás solo.

    Te sientes solo.

    Estás vacío.

    Te sientes romántico.

    Llora si quieres.

    La vida es dura, pero a veces es bella.

    Encuentra compañía.

    ¿Cuánto tiempo hace que no estás cerca de un niño?.

    Contempla a un niño pequeño.

    Disfruta de tu hijo.

    Huye de tanto muermo suelto que pulula por ahí.

    Haz bella tu vida. Puedes.

    Y debes.

    No pierdas tu tiempo.

    No tienes otro.

    Sonríe.

    Saludos.

    P.D.:

    A- Sobre la ilustración:

    1.- Veo un suelo nevado, con huellas del hombre y un estallido en rojo.

    2.-Mi nieta, que no tiene aún tres años, vería "su letra" y una "flor roja".

    3.- Después de una "mirada verde", me parece un paisaje neuronal, en blanco, negro , óxido y rojo.

    B- Sabias palabras de Merche Pallarés.

    C- No consigo entender a los jóvenes, que lo tenéis todo. "Sincera-mente" encuentro una gran carga de egoísmo y cobardía.

  2. Claro que hay algo bueno Danae, Merche. No, yo no me regodeo en nada. Soy consciente de que soy un privilegiado y jamás he entido lastima de mi mismo . Pero no me auto engaño y reconozco y asumo que en esta fiesta abundan más las canciones tristes y los tragos amargos que lo contrario. Aún así ya que estoy, como aprovecho al máximo lo que tengo, ya no me quiero ir… Pero me echarán de todas todas.

  3. Acabo de leer mis sentimientos reflejados en tus palabras, pero yo también creo que hay algo bueno, algo que merece la pena en esta "puta vida", que a mis tristes 26 parece irse a cachitos… Lo bueno es que siempre habrá alguien o algo que te dé una sonrisa, un aliento o un empujón para seguir aquí; aunque solo sea para ver cómo pasa tu vida.

  4. Leo que a KOKYCID y a ti os gusta regodearos en todo lo negro, sentir lástima por vosotros mismos y esa no es manera de afrontar la vida. La vida tiene su lado bueno y su lado malo. Me choca que te expreses así, querido Raúl, cuando tu sí tienes un hijo además, juzgando por sus fotografías, debe de ser muy cielo e inteligente. ¿No crees que merece la pena luchar por él? Besotes, M.

  5. Siempre he dicho que la vida es una fiesta en la que te encuentras sin saber como llegaste porque nunca pediste que te invitaran. Y aunque no te apasiona demasiado ni la comida, ni la música, ni la gente que hay ya que estas te da pereza marcharte, pero lo peor de todo es que sabes que antes o después acabarán echandote y tendras que salir al frio de la noche. Por eso yo no quería tener hijos, no me parece que esta fiesta merezca en absoluto la pena como para invitar a nuevos incautos y encima lo que más me jode es que al final cuando "El" decida me echarán a la puta rue.

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