Mañana prometo escribir una entrada. Prometo tener tiempo para desbrozar palabras, para perfilarlas y ajustarlas a la morfología y a la sintaxis, quebrando y requebrando la semántica.
Mañana prometo que será otro día y que ese día no será exactamente igual a los precedentes, con sus rutinas y sus repeticiones.
Prometo mañana dejarme llevar y contenerme, abrazar con fuerza los conceptos y las realidades. Abandonar suavemente mis labios en el susurro y en el silencio. Prometo callar hablando solamente con las palabras escritas.
Mañana prometo tener la cabeza para otra cosa que no sea estructurar, idear y manejar futuribles.
Prometo mañana abandonarme, mojarme hasta las trancas de ficción. Para superar listones, para rebasar ideales y ponerles a renglón seguido.
Lo prometo. Por los blancos de las letras (siempre anguladas, siempre escondiendo matices).
¡y yo que lo lea!
biquiños,