En los que los camareros saben tirar las cañas

Lucifer

Un viaje a Madrid de tres días da para mucho.

Nada más llegar, descubres que va a ser una lástima que se carguen de ese modo la sanidad pública. Una visita –y no de cortesía– a las urgencias del hospital de La Princesa me sirvió, aparte de para sacar un cuerpo extraño alojado en el interior del párpado, para descubrir todo un modelo de buen funcionamiento.

Un breve recorrido por El Prado hace que se pueda reflexionar sobre la diferencia entre ver un museo y asistir a un espectáculo. Como yo, cuando visito un museo, prefiero no confundir lo primero con lo segundo, descubro que es una suerte poder estar en alguna sala a solas, conversando con una obra maestra.

Un partido de Euroliga del Real Madrid te lleva a la maravilla del baloncesto de alto nivel en directo. Disfruté como un niño y, una vez más, sigo sin entender cómo la mayoría de los mortales prefiere ver a 22 tipos persiguiendo un balón con los pies.

Unos paseos reiterados por el centro de Madrid provocan que no puedas entender que alguien califique a la capital como una ciudad fea. La belleza de la Gran Vía y –sobre todo– las callejuelas del centro, el encanto de algo añejo, solo estropeado con la uniformidad de las tiendas de franquicias, que están haciendo que todas las tiendas de todas las ciudades de todos los lugares del mundo tengan los mismos referentes. Y, por encima de todas las cosas, encontrar bares con encanto en los que los camareros saben tirar bien las cañas.

Y, todo ello, para aprovechar el viaje, porque todo acabada en una boda familiar. Pero, desde luego, en todo este fin de semana, la boda fue lo de menos.

Como todo lo bueno tiene su contrapartida de (in)justicia poética, la vuelta es un marasmo de correos y de tareas que están esperando, acechando los días de ocio. Para que no te olvides de lo que es el día a día.

(Imagen de Tonimadrid.)

3 comentarios en “En los que los camareros saben tirar las cañas”

  1. Pues sí, Aldabra. Me han quedado buenas sensaciones. Fue un gusto.

    David: sí, qué pena que todo un sistema que tiene un buen fundamento se lo intenten desmontar o demolir. Mi experiencia en los servicios sanitarios públicos ha sido siempre buena (las excepciones no forman parte del sistema; son excepciones) y Madrid, en esta primera vez, no ha hecho más que avalarlo. Hasta que llegue al especialista, no me tuve ni que sentar.

    Veo que te has ido convirtiendo en un hombre sabio y disfrutas más con el baloncesto. Es una cosa natural, propia de seres inteligentes 😉

    Como te dije, me gustaba mucho el nombre de tu blog.

    Un abrazo y a ver si nos vemos.

  2. Una verdadera lástima lo que está pasando aquí en Madrid con la sanidad pública con los despidos, cierres de servicios, privatizaciones…
    Vaya partidazo que pudiste ver en directo, todas las jugadas espectaculares. Yo que siempre he sido futbolero hace tiempo que disfruto más viendo el baloncesto que el futbol, que he reducido a partidos importantes de España y de mi equipo. XD
    Por cierto, al final te he hecho caso, he vuelto a poner el nombre original al blog, soy un poco mareante 🙂 Un abrazo

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