Con las fuerzas justas como para emprender la huida, con el ritmo suficiente en las piernas como para que no te pillen los más lentos. Desde el desprecio y la altanería. Hacia las cumbres más inhóspitas, hacia ninguna parte. A ti, que me estarás leyendo; a quien corresponda. Bajo sospecha y bajo la tormenta. Sin que se note, sin pelos en la lengua. Con ganas de pelear por lo poco que es tuyo, con la música siempre en otra parte. Hasta los cojones, hasta que el cuerpo aguante. Tras la pista, tras las traseras de lo que se ignora. Para el enorme universo de mis enemigos, que me estarán leyendo; para subsistir y sobrevivir. En el ajo y en la brecha. Contra todas las palabras vacías, contra las noches que no conducen a un nuevo día. Por todos los recuerdos futuros, por todos y cada uno de los segundos que todavía quedan por regalar.
(Y, todo ello, teniendo en cuenta que las preposiciones que cumplen el milagro de que unas palabras, se subordinen a otras. Con imagen de Luis Solarat.)
ME ENCANTO, LA PAGINA.