Contrastes

Ausencia de color

Me ha sorprendido siempre la capacidad que tenemos los humanos de autoengañarnos y, de paso, engañar a los demás dejando una falsa apariencia de lo que, en realidad, somos. Por eso me gusta tanto Dexter Morgan, un ser humano tan distinto a los seres humanos que los demás queremos sere que, en el fondo, es […]

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Los premios Príncipe de Asturias y el delirio futbolero

El fútbol es un deporte: el deporte rey, le llaman en cada vez más lugares del planeta. Un deporte que va fagocitando de tal modo las parrillas televisivas y radiofónicas, que copa sobradamente las páginas informativas, incluso de la prensa no especializada. Es el único deporte que resiste a una información sobreabundante aunque algunos medios

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Francia me da envidia

Sé que detrás de todas las revueltas y jornadas de protesta en Francia hay un caldo de cultivo que, además del hueso de jamón de las reformas del gobierno del gobierno de Sarkozy, también hay un poco de cebolla de inconformismo en general, unas zanahorias de violencia soterrada y radical que tiene que salir por

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Y creía que no era clasista, pero vuelvo a ponerlo en duda

Pues sí, ya no sé si soy héroe o villano, decidido o tarambana. Ya he mostrado explícitamente mis querencias, ya desvelé hace tiempo alguno de mis desapegos. Pero hoy ha vuelto a surgir en mí esa vena canalla con la que me mantengo, odiando al mundo y sus circunstancias, a la realidad y a sus

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Dura lex, sed lex

Tenía un amigo que, a la mínima ocasión que se le presentase, ponía una cara muy seria, pasaba luego a sonreír brevemente y luego –moviendo la cabeza– espetaba: «Dura lex, sed lex». Hay que decir que ese amigo mío, en sus años mozos, odiaba el latín. Era una cosa que no iba mucho con él,

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El corazón es el corazón, y la memoria lábil…

Unas nubes en el cielo, demasiado blancas como para ser amenazantes. Bajo ellas, una esfera de ritmos espasmódicos. Luces y luces. Sonidos electrónicos, mezclados a veces con la dulzura de las palabras no evocadas. Las canciones de amor nunca deberían de acompasarse con latidos más rápidos que los de nuestro corazón, por muy taquicárdicos que

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Plagios. Homenajes. Intertexto

Como decían los antiguos presocráticos de la Escuela de Elea, «de la nada, nada sale». Y eso vale casi para cualquier cosa, incluida la escritura y, por extensión, cualquier manifestación artística. Toda obra es una pequeña pieza de mosaico de un constructo cultural mucho más amplio en el que aquélla se inserta. Nos lo enseñaron

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Me gustan. No soy clasista

Manteniendo una réplica hacía mí mismo y lo que escribí hace más de un año, hoy digo y proclamo ante todo el que me quiera escuchar: Me gustan los cantantes y los músicos, porque hablan del amor como si éste hubiera desaparecido; porque afirman que podemos reencontrarnos con otros, con nosotros mismos; porque puedo escuchar

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Crackdown

Y sí, hoy tendrías que haber escrito una entrada bonita, una de esas con ternura mezclada con alguna palabra rara. Y sí, sabes que hoy has acabado una de esas series tuyas, todas favoritas, todas obras maestras, todas dejándote un poso de esperanza en que la belleza de las creaciones humanas sean la redención de

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Maniquíes. Maneras

Los he visto esta tarde, armazones sobre los que se sustenta el mundo. En el contraste de las luces que empujan las vitrinas del artificio. Tal y como se esconden en el pozo de los sueños. Sin la explicación de lo que aparentan, aparecen inermes y anhelantes. El escaparate –hoy– se convirtió en el cristal

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Bonita entrada

Hoy iba a escribir una entrada preciosa, llena de dulzura, escrita con técnica impecable y rebosante de buenas ideas. Cuando la he empezado a componer, se ha convertido en algo adocenado y previsible. Por lo tanto, me queda pegarme con las palabras un buen rato. Intentar que salga a flote o, al menos, que sobreviva.

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