¡Sí, sí, sí!
Sí, amigos de Verbavolant, sí. Ha llegado la noticia que más temíamos los hombres. Lo intuíamos ya de jovencitos. Cuando teníamos a una niña cerca y paladeábamos un polo de fresa, siempre llegaba un atildado infante con un bombón helado. Cuando fuimos creciendo, nuestras primeras novietas nos abandonaban por «el de la moto». Más adelante, […]